STARROY - MIXING THE PAIN


No lo sè, es una opinión personal, pero quizas va a ir siendo hora, de comenzar a hacer una criba ante tanta banda dispuesta a reivindicar el rock fabricado en los 70. Llegados a un punto en el que, a pesar de una clara diversidad sonora, el punto de partida llega a ser el mismo, entre tanta propuesta, uno se comienza, si al final va a ser cierto eso, de que la música, está compuesta por ciclos, y estamos en las puertas de un comienzo paralelo al de aquellas bandas que colocaron los cimientos en la década de los 70. Claro que a la vez, que con muchos discos, por tu cabeza pasa esa pregunta de, ¿a que me suena esto?., ¿donde he escuchado yo esta canción?, no se puede negar, el nacimiento de una serie de bandas, a unos niveles altísimos, que ponen las cosas en su sitio, como dignos herederos, como aquellos que han sabido hacer suya un tradición contada de padres a hijos, en forma de discos y de canciones.

Llega el turno de Starroy. Su anterior disco, se explayaba en jams, donde dar rienda suelta a su ingenio. Para este nuevo “Mixing the pain”, han decidido volverse más directos, lanzar el gancho a tu mandibula sin ningún rodeo. Con la incorporación de dos ex- Zach Williams & The Reformation, presentan este segundo disco, 8 canciones de sabor añejo, olores sureños y riffs destacados, a la par que aderezado con la voz de Adam Barnard que impregna las canciones de ese calor necesario y fiel compañero de las guitarras de Barry Fowler y Cameron Roberts.”Get down insanity” con su riff rockero, de esencia hard y ese estribillo, te pone sobre aviso, de lo que se te viene encima. Starroy han dado un paso hacia la tierra del rock. “Empty cup” denota contundencia desde el comienzo, que te atrapa con un furioso riff y esa hipnótica sección rítmica.


“Mista king” es un intenso medio tiempo, de marcado acento sureño, sobre todo en la parte vocal. Vuelta de tuerca con el tema título y ese groove que destila. “Spanish Kitty” posee otro juego de riffs de esos para remarcar, de los que te hace prestar la atención al primer golpe de pua. “Freak Jones” tiene un rollo más bluesy, que te mece con una canción de cuna parida cerca del Mississippi. “Before the sun” se luce con unas preciosas acústicas, apropiandose para si el rol más intimista de la grabación. “Road song” es la última canción del disco y la que mas entronca con su anterior trabajo, y curiosamente, una de mis favoritas del disco, porque aunque agradezco la ración de potencia que han incluido en su repertorio, en canciones como estas, Starroy se mueven como pez en el agua.

Un muy buen disco, un paso de gigante para una banda que merece seguir su camino. Corto, sin llegar a los cuarenta minutos, pero intenso en contenido. Grandes guitarras y enormes melodías es su propuesta, enmarcadas en ese rock setentero lleno de matices que a pesar de la preocupante saturación, sigue teniendo gemas como este “Mixing the pain”.

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