AMAXA - ON THE OTHER SIDE

Todo parecía indicar que iba a ser una tarde tediosa. Todo el mundo hablando de futbol, que si, que me gusta, y que veré esta noche el partido, pero también me cansa toda esa calma tensa en forma de espera, que intentan caldear, como si se fuera la vida en ello, como si en definitiva, no fuese más que un partido de futbol, por mucho que algunos, intenten colocar el orgullo patrio en ello. Y además, un monarca que se va, y otro que llega. Una estirpe alzada al pedestal por la gracia de Dios, o por que se lo montaron divinamente, como diría aquel. No me interesa la monarquía, ni sus representantes. Una jefatura de estado heredada por un apellido, además, con un orden de sucesión, donde se vulnera la constitución, que dice que nadie puede ser discriminado por razón de género, nunca me ha parecido un brillante modelo de modernidad. Así, que uno firme hoy la abdicación, y que otro herede el despacho (que no sé si es hoy, mañana, o pasado), tampoco me ayuda a pasar la tarde.

Siempre queda la solución de pinchar un buen disco conocido, o mejor aún, pinchar en alguno desconocido, a ver si hay sorpresa. Lo primero que me sorprendió de Amaxa es la portada de su disco, "On the other side", por su rollo psicodélico. Pero vayamos por partes. Estos tios son cuatro suecos, cuyo reloj musical del tiempo, parace que se paró hace ya varias décadas, principalmente en los sesenta y principio de los setenta. Lo suyo es como meter en una coctelera a Black Sabbath y añadirles todo un viaje psicodélico, más unas gotas de gente como Traffic. Este "On the other side", un ep de cinco canciones, aunque en duración vaya más allá de lo típico en el formato, y sobre todo es por los 18 minutos de la inicial "Strawberry Jam", una hipnótica fusión de esa voz a lo Ozzy, la cadencia de Sabbath y el estado alucinógeno de unos Iron Butterfly o Grateful Dead. Fantástica.

 "Human waste" sigue esa sucesión rítmica de los de Iommi, aunque menos oscuros que Sabbath. "Welcome to paradise" sigue la misma estela, aunque esta vez los riffs suenan mucho más crudos y ese teclado que puede recordar a ciertas historias de The Doors. Hay que destacar la voz de Erik Bröstrom, con sus tonos a lo Ozzy, aunque su voz no sea como la del madman, lo que le quita ese tono infeccioso de locura que solo posee Ozzy, pero realmente aborda muy bien las canciones, al igual que Peter Pederser, auténtico protagonista a base de riffs, completando la formación, el hermano de Erik, Anders al bajo y Jimmy Halvarsson a la batería. "Unsatisfied" y "Cynical to mistery", cierran este lanzamiento de los suecos, que a mi al menos, me han hecho pasar una muy buena tarde. Realmente, suenan bien estos suecos.