PLAN MARSHALL - BETTER LATE THAN NEVER!


Comentaba en facebook, el guitarrista de blues Antoine Lebaron,  a raiz de mi anterior entrada en el blog, que ahora, casi hay, más músicos que fans del rock, y en cierto modo, puede que tenga razón. Le contestaba yo, que el que no es músico, tiene un blog, y en algunos casos, ambas cosas a la vez, es lo que hablaba de la universalidad de las opiniones. Sobre que haya más músicos ahora, no se si será verdad, pero es cierto, que si sigue siendo muy complicado sacar adelante una banda de rock, es verdad, que las herramientas para darte a conocer, están al alcance de tu mano, ya no dependes de que la revista o la radio de turno, decida hablar de ti, ahora mueves tu nombre, tus canciones y tus movimentos, a través de la red, haciendolo llegar a todo el mundo. Posiblemente, eso anime a la gente, pero también provoca la masificación, que conduce directamente a la consiguiente criba.


Pero claro, también tenemos la otra cara de la moneda, el descubrir bandas, cuya música te das cuenta, que merecen mejor porvenir, que el de estar luchando en la pleyade de bandas locales, que intentan sacar la cabeza para pasar al siguiente nivel. A veces pienso, que seguimos obsesionados con descubrir unos nuevos Led Zeppelin, unos nuevos Who o unos nuevos Purple, y eso es imposible, y no hablo ya del hecho meramente musical, ya no habrá una banda, o tiene toda la pinta, que cope ese status casi divino que consiguieron las bandas de esos tiempos.No se si es el envejecimiento, que parece acompañar a la parroquia rockera, a veces necesitada de nueva savia que coloque en un altar a los grupos coetaneos de generación, como hicimos muchos en los ochenta y en los noventa. Yo desde luego no me cierro en banda, me niego a no seguir disfrutando con nuevas propuestas, nuevos nombres y nuevas canciones.


Mira por donde, me doy de bruces con el disco debut de unos paisanos, Plan Marshall, que en esa selección natural, deberian sobrevivir a la marabunta de grupos que tratan de meter sus guitarras en nuestras orejas. La propuesta setentera, con guiños funk de Sergio (guitarra), Pablo (voz y harmónica), Javi (bajo) y Rick (bateria), tiene ese marchamo de disco debut que sabes que debes recordar, con vistas a lo que vendrá en un futuro. Les ha costado sacar el disco adelante, pero al fin, ya está aqui "Better late than never!", esclarecedor título, de preciosa portada de aires 50. Una de las principales características del sonido de la banda, es la voz de Pablo, que se mueve en un cruce entre Plant y Geddy Lee, o al menos, eso me parece a mi, y que es de esas voces, que una vez que le pillas el punto, consigue atraparte.

Once canciones, donde la guitarra toma siempre protagonismo, con ese marcado sonido setentero que imprime al tema que abre el disco, "Swamp love", con ese ritmo entrecortado, y ese estribillo. Más rockero, con esas guitarras a lo Lenny Kravitz, suena "Underworld", donde destaca mucho la batería, que imprime un ritmo infernal a la canción. Posiblemente "Light in the dark" sea uno de los puntos fuertes del disco, un precioso medio tiempo, de esos que hace unas décadas, hubiesen sonado sin parar en las radios. La voz de Pablo se hace dueña del derroche de feeling que irradia la canción. 


Hard rock  primigenio y oscuro es lo que nos encontramos en "D.D.D.", gracias a esa guitarra y la labor de la sección rítmica. Sigue la fuerza con "Cosmic voodoo", donde meten unos teclados que les vienen ni pintados, entre el furibundo ataque musical que contrasta con las melodías de voz. "Venomous pills" va adquiriendo fuerza a la vez que la canción va avanzando, alternando perfectamente el medio tiempo del comienzo de la estrofa con ese puente potente y un muy buen estribillo. "Devil path on dirty road" es rock and roll, de sabor bluesy y acelerado, con unas melodías que de refilón me traen a la cabeza las de Chris Robinson. 

 Ritmos funk es lo que nos podemos encontrar en "Paper heroes", como cuando RHCP no querian jugar a ser pop stars o rebuscando más en el tiempo, cuando gente como Mother Finest sonaban en los altavoces de la gente. Otro medio tiempo, "A look to the void", vuelve a poner ese punto de feeling, que consiguen estos tipos inyectar en estas canciones, de tono más intímista que "Light in the dark", vuelve a poner en relieve el buen hacer del vocalista de la banda. Más directo suena "Sweet nothing", efectivo, con unos bonitos coros y de nuevo ese rollo funk guitarrero. Ponen un cierre hard rockero de la mano de "Empty dreams", dejando un grandísimo sabor de boca. Buenos músicos, buenas canciones y buenas ideas. ¿Qué más puedes pedir?





Comentarios

bernardo de andres ha dicho que…
Desde luego mereces un monumento por la cantidad de bandas autoctonas que aparecen en el blog . La mayor parte de ellas excelentes . esta de las que más me han gustado recordandome a los grupos aussies de los 90 con ese teclado . No es que haya más fans si se compra menos la crisis y ante el apro la música es un buen escape de ahí más bandas que nunca