THE WIDOWBIRDS - HEART'S NEEDLE
Normalmente suelo comenzar las reseñas contando algo, que tiene o no
que ver con el grupo en cuestión, soltando algún rollo o historia, para
ir creando ambiente, pero hoy permitidme que vaya al grano, que no me
vaya por las ramas, que por una vez, decida tomar el camino recto, me
introduzca en el bosque y no de rodeos para ir contemplando aquello que
crece alrededor antes de permitid que la luz de lo que ando buscando me
deslumbre. Vamos, que os voy a decir desde ya, que “Heart’s needle”, el
nuevo disco de los australianos The Widowbirds es una pasada, de esos,
que desde la primera vez que lo enchufas, aún sin tener un espejo a
mano, sabes que tu cara es de asombro y satisfacción a partes iguales.
Ya su anterior disco dejó un grandisimo sabor de boca, dejando a las
claras, que son uno de los referentes, de esa nueva ola de bandas
australianas que han tomado el rock clásico como camino a seguir, y
están extendiendo todo lo aprendido en forma de grandes canciones,
alrededor del mundo. El feeling que desborda este disco es imposible de
explicar, solo se puede asimilar con cada escucha, con cada latido de
cada nota, que se introduce en ti, para hacerte sentir que estas ante
uno de esos discos que te hacen amar el rock and roll, que te hace
sentirte especial, a pesar de que te sientas uno más dentro de los que
siguen vibrando con el sonido de una guitarra.
“Heart’s needle” es un exquisito tratado de rock, donde se dan cita
todos esos nombres que seguro que recorren vuestra cabeza, y que dieron
el comienzo a todo lo que vino después. Preponderancia de los sonidos
eléctricos pero sin dejar de lado esos acústicos que tan bien saben
utilizar, joyas como “Daughter of the skies” o la inicial “Battle cry”,
con un Simon Meli inmenso a la voz, que se convierte en el auténtico
protagonista del disco, sin menospreciar a unos músicos capaces de
hacerte tocar el cielo con sus composiciones.
Desde la primera vez que escuché el disco (y os aseguro que van ya
unas cuantas), ha conseguido atraparme desde el primer momento, sigue
habiendo ese rollo a lo Led Zep como en “Calm before the storm” o la
elegancia de “Save the last heartbreak”, que consigue que las diez
canciones pasen como una letanía, que te deja satisfecho pero con ganas
de seguir repitiendo. En estos tiempos inciertos, una buena canción
sigue siendo la mejor medicina para mirar cada día por la ventana de la
vida, y The Widowbirds, tienen su particular recetario lleno.
Publicado por el menda en Rock in Spain
Publicado por el menda en Rock in Spain
Comentarios
Apasionada reseña bro'!!