ROB ZOMBIE - VIAJE DE IDA Y VUELTA DEL CINE AL ROCK


Ayer, sábado tarde, emprendí junto a Rob Zombie, un nuevo viaje de ida y vuelta por su mundo, primero por el cine con The Lords of Salem, y luego por la música, con "Venomous rat regeration vendor", su último trabajo. Siempre me he sentido muy cercano a Rob, su irrupción con White Zombie en el panorama musical, fue una patada en los huevos de la estructura de este. Además Rob, siempre se ha colocado al lado del heavy metal, aunque musicalmente no se encuadre en los cánones mas estructurados del género, no dudó en portarlo por bandera, cuando muchos huian de el como de la peste, como las ratas del barco que se hundia en los 90. Además, su incursión en el cine de terror, otra de mis pasiones, como director, esnifando de los clásicos, con historias de familias desposeidas y salvajes, sedientas de sangre, con "La casa de los mil cadaveres", "Renegados del diablo" y por supuesto, esa revisión con acento propio de uno de los asesinos en serie más grandes de la gran pantalla, con "Halloween"


Tenia ganas de enfrentrarme a los miedos del costumbrismo representado en las brujas, que lastran a Salem, ver como se desenvolvia Rob, en otra historia con poco que contar, por ya contado, pero que podia dar mucho de si, siempre y cuando fuese capaz de aportar su visión de fan del género. Malas referencias me hacian llegar de The Lords of Salem, gente de cuya opinión tengo gran valia, hablaban de un intento de Zombie de introducirse en un cine de autor en detrimento de engrandecer la leyenda del cine de terror con el que tanto él como yo, hemos disfrutado hasta la saciedad. Y en parte tenian razón. Con su diva/esposa/amante como punto fijo de todas las miradas, Zombie se introduce en un sin sentido lento y a veces incluso obtuso, ganandose un ticket en el tren hacia la estación del cine de culto, donde muchas veces terminan recalando aquellos que no son porque no llegan a ser, pero que serán reivindicadas con fervor en su momento oportuno, por aquellos dispuestos a cruzar la línea.


Siempre con el rock como referencia, aparecen reflejos de J.Geils Band, Van Halen o Rush, la música como vehiculo conductor del hechizo y las alucinaciones como hilo conductor hacia ese mundo que nos intenta reconstruir, debo reconocer que no he disfrutado tanto como con sus anteriores y sangrientas propuestas, tal vez porque a Rob le ha faltado inspiración, tal vez, porque yo no estoy preparada para tanto ensayo y soy mas de hachas, sierras mecánicas y embrujos cuyo destino principal sea subir al ring contra la mísmisima parca de la manera más dolorosa y tortuosa posible. Aún así, sabiendo del bagaje de Zombie, sigo confiando en su carrera como director de cine de terror, para próximas tenebrosas aventuras.

Tras el pequeño bache cinéfilo, era hora de subir el volumen a los altavoces, para descubrir su última andanada sónica, que ya lleva varios meses en el mercado, pero aún no habia pasado por mis oidos. White Zombie fueron uan bocanada en aquellos dias, cuando muchos ya no se interesaban por los riffs como biblia a seguir, y aunque su propuesta aglutinaba todo lo que pasaba por sus cabezas, la dureza y potencia, siempre cohabitaban con todo aquello que hacian. Quizás Rob en su carrera en solitario, no ha conseguido hacer olvidar la huella que dejó su banda, a pesar de dejar su impronta ante muchos que pretendian hacerle sombra en los oscuros caminos de los sonidos mas industriales y el horror rock.


Con el guitarrista John 5 como segundo de a bordo, en esa casi obsesiva intención, de dar asilo en su banda a aquellos que salen del siniestro lado de Marylin Manson, donde ya residen Ginger Fish, también escapado del depravado cabaret del Reverendo y Peggy D., que ha prestado servicio en Wednesday 13 y la banda de Alice Cooper. Rob Zombie necesitaba volver pisando fuerte, ahora que se ha convertido practicamente en artista total, capaz de navegar en distintos mares, se enfrenta ante la dificultad que implica ello, de no dejar heridas abiertas en ningún frente, de acometer cada nueva historia como si fuese la última, la más importante, y musicalmente, si ha puesto el nivel alto, con sus ritmos marciales y sus marchas industriales.

Se notá la presencia de John 5, no en vano, el tipo es uno de los guitarristas mas efectivos en este tipo de sonido, su golpeo brutal a base de riffs que parecen engendrados en una maléfica cadena de montaje, son el rescoldo ideal para al enfermiza mente de Zombie, y "Teenage nosferatu pussy" es una clara muestra. Vocalmente Zombie sigue como siempre, capaz de cubrir melodias que pueden llegar a enganchar como las de "Dead city radio...." o las de "Revelation Revolution", donde se adivinan retazos de una figura muy importante para Rob, Alice Cooper.


Siguen cayendo trallazos como "Ging gang gong....", "Rock and roll (in a black hole)" con ese comienzo electrónico o la contundente "Behold, the pretty filthy...". Este disco sigue creando controversia, entre los que afirman que Rob se ha vuelto a reinventar con él, y los que siguen esperando un nuevo La Sexorcisto, a todos, antes de subir o bajar el pulgar, les recomiendo que siguan escuchando canciones como "Lucifer rising", una de mis favoritas, rapida, veloz y directa a la cara o "White trash freak", sumamente industrial, pero con unas guitarras de tintes más clásicos. Y sin olvidar el cover de "We're an american band", algo inherente a Rob, un tipo que siempre mira al futuro pero tiene presente el pasado, como base fundamental de la que aprender. Al final, empate técnico en este viaje de ida y vuelta, ko en el cine, ok en el rock.

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