MY DYNAMITE - MY DYNAMITE
Es fácil sonar a The Black Crowes, (con todo
lo que ello implica en cuanto a influencias), con una pizca de los Stones y de
Aerosmith. Lo difícil es hacerlo bien y no morir en el intento. Muchas bandas
(¿demasiadas?) se apuntan al revival del classic rock, a esos riffs que dieron
momentos de gloria al rock and roll, y My Dynamite son uno de ellos, pero os
juro por San Bon Scott, que estos tipos saben lo que hacen, y además saben
hacerlo a las mil maravillas.
Estos australianos (¿Por qué será que últimamente,
vienen tan buenas bandas desde las antípodas?), sacan todos los viejos discos a relucir, para dejar
claro que se han impregnado de la mejor esencia destilada por gente como Humble
Pie o Free, y por supuesto, por la banda de los hermanos Robinson, quienes
mejor supieron en los 90 volver a hacer renacer todo ese sonido al que todos
debemos reverenciar.
Desde la inicial “Take it or leave it”, que
posee ese rollo southern que tan bien explotaban The Black Crowes en sus
primeros discos, con una armònica que se desenvuelve entre exquisitos riffs de
guitarras. Por el mismo camino repleto
de gloria, caminan con “Inside out”, destacando la gran labor vocal de Patrick
Carmide. “If we’re living” tiene un
saborcito Stone en las guitarras muy de agradecer, que le imprime ese Groove
que tanto ritmo te mete en el cuerpo. Y lo continúan en “Dirty game”, aunque
esta vez mas acentuado en las voces, donde Pat se impregna del espíritu del
mejor Jagger.
“Watch yourself grow” y su swing funky
enraizado directamente con el rollo southern de su estribillo, es de esas
canciones que no me canso jamás de escuchar. “Raise your glasses” vuelve a
sacar a relucir, por parte de Jorge y Benny, guitarristas de la banda, su
querencia por los sonidos del gran Keef, para desembocar en un rocanrolero
estribillo, apoyado fantásticamente por esos teclados. “Singing stormy weather” es un medio
tiempo, insinuante que te atrapa al
primer instante.
En “Big attraction” vuelva a rockear de la vieja manera, sacando
a relucir toda su vieja escuela. El
comienzo con apergios de “All that she brings” y ese bajo preponderante le
insufla un ritmo que te hace mover los pies aunque no quieras. “Fork in your tongue”, cierra el disco
sonando a pantano, a plantación de algodón, al viejo blues que abrió la puerta
al rock and roll. “
Un gran disco el de los australianos, que no
va a defraudar a los seguidores del rock mas clásico, y que debería de
satisfacer los paladares de cualquier fan del rock. Buenas guitarras, una
magnifica sección rítmica y un gran vocalista, junto a un puñado de buenas
canciones, que suenan a todo aquello que dio vida a la música que hoy en dia
suena en nuestros altavoces. Pronto estarán en nuestro país, si podeis, ya
sabeis donde teneis un cita.
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